Nadie esperaba un inicio como el que se dio en Chiclayo. Los hinchas del 'Ciclón' todavía estaban acomodándose en sus asientos, cuando Joel Sánchez, tras un buen pase de Wilmer Aguirre, puso el primero de la noche con remate potente (2'). ¿Qué pasó? En Juan Aurich todos se miraban y nadie sabía explicar lo que acababa de ocurrir. En las tribunas igual.
El partido, como era de esperarse, cambió a partir de entonces. Felizmente así lo entendió el cuadro de Luis Fernando Suárez, que, poco a poco, tomó consciencia de su condición de local y empezó a apoderarse del mediocampo y a aprovechar las bandas para llegar con peligro sobre el arco de Salomón Libman.
Justamente fue Roberto Guizasola, quien ya hacía y deshacía por la banda derecha, el que puso el empate parcial a los 24'. El lateral-volante se mandó un golazo tras recibir un buen pase de Reimond Manco, pues se sacó a su marcador y la guardó al fondo con remate cruzado y arriba. El rostro de del técnico Suárez, en ese momento, lo decía todo. El alma le había vuelto al cuerpo.
Para ese entonces Alianza Lima ya no era el mismo. Había perdido el control del balón y más estaba preocupado en defender. Con decir que Wilmer Aguirre y 'Zlatan' Fernández se mostraban muy abandonados en ataque. A los 34', Luis Tejada avisó con un cabezazo que besó el poste del arco aliancista. Pero a los 43', ya no perdonó. Su cabezazo fue inatajable para Libman. La fiesta, entonces, se instaló por completo en el estadio Elías Aguirre.
La noche de Ascoy y Manco
Se esperaba la reacción de los victorianos en el complemento, pero ello nunca sucedió. Alianza salió dormido al campo y tuvo que aguantar los embates de su rival desde el inicio. Y mucho tuvo que ver con el buen juego del 'Ciclón Reimond Manco. Es que puso la pelota al piso, desesperó a sus rivales con su gambeta y cuando más lo necesitaba su equipo y lo pedían los hinchas, anotó el tercero de su escuadra.
Luego de una buena jugada colectiva, apareció el popular 'Rei' por el centro del área y la clavó al fondo. Y claro, lo celebró como nunca. Muchos dirán que se acordó de todas las pifias que le tocó soportar en Matute la semana pasada.
Ni siquiera el descuento a puro corazón de Héctor Vidal Sosa a los 71' detuvo al vendaval rojo. Juan Aurich ya jugaba otro nivel y Pedro Ascoy lo terminó por demostrar. En una jugada a lo 'Maradona' -debido a que se sacó a cuanto rival se le puso al frente- sentenció el partido (4-2) y calló la boca a más de uno.
Juan Aurich no está muerto como muchos ya pensaban. Lo dejó claro este martes en Chiclayo y ya sueña con pasar a la siguiente fase de la Copa Libertadores.
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